Enfrentarse a la lectura de una fuente de información constituye un desafío de lectura, puesto que no solamente se debe comprender el contenido del texto, sino que además debemos relacionar este contenido con el contexto en el que se sitúa la lectura. Esto se vincula con el contenido sobre el que queremos informarnos y la razón por la cual buscamos dicha información, es decir, cuál es el tema y el propósito de la lectura.
En el contexto universitario, es muy probable que la lectura esté asociada a fines de comunicación, de aprendizaje o evaluativos. En la universidad, leemos para:
- Comunicarnos con los docentes, compañeros/as o personal administrativo.
- Aprender, utilizando la lectura como herramienta de aprendizaje.
- Acreditar lo que se ha aprendido en contextos evaluativos.
Una parte de los textos que se leen provienen de orientaciones otorgadas en los programas de las asignaturas o de recomendaciones del docente. Pero también es posible que se requiera de una búsqueda de información confiable en forma autónoma para la resolución de una tarea o evaluación en alguna asignatura. En esta guía se presentan algunas estrategias recomendadas para sortear exitosamente la lectura de distintas fuentes de información en el contexto universitario.
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¿Para qué leo este texto?
Es muy relevante que antes de iniciar la lectura de un texto se identifique claramente el objetivo que se persigue a través de su lectura: ¿para qué leo este texto?, ¿qué información espero encontrar en él?
Por ejemplo:
- Si el profesor de una asignatura que cursas solicita leer un texto de la bibliografía obligatoria sobre un tema en específico (la anatomía, la introducción a la ingeniería, el signo lingüístico o cualquier otro) probablemente el objetivo de lectura ya pueda ser anunciado por tu profesor e inclusive en el programa del curso ya que estará asociado a conocer y comprender algún concepto relevante de la asignatura. Para estos casos te recomendamos estar atento a la instrucción del docente al solicitar la lectura y revisar el programa de la asignatura. De esta forma identificarás qué es lo que se espera que aprendas a partir de esa lectura.
- Si en una asignatura que cursas, un docente solicita una actividad de investigación sobre un tema libre o específico, o la relación entre dos conceptos, el objetivo de lectura está en directa relación con la instrucción dada por el profesor: Conocer un concepto determinado o establecer la relación que se produce entre dos conceptos específicos. De esta forma, dependiendo de lo solicitado por el o la docente, deberás orientar tu lectura para obtener de ella aquello que se te ha solicitado investigar y aprender. Para este tipo de situaciones te recomendamos tener muy clara la instrucción otorgada por el profesor o profesora antes de comenzar la selección y lectura de fuentes de información.
Como se desprende de ambos ejemplos, el objetivo de lectura siempre está asociado al contexto en el que se solicita la lectura de una fuente de información. Es por ello que una estrategia recomendada es siempre tener en cuenta para qué se lee antes de comenzar el proceso. El objetivo de lectura se convierte así en una brújula que orienta la actividad. De esta forma, cuando el lector se sienta confundido con respecto a lo que está leyendo, será útil recordar este objetivo para que el proceso de aprendizaje se vuelva significativo.
Tener esta información clara es crucial para la selección adecuada de la información, tanto en la valoración de la pertinencia de un texto completo, como de aquellos fragmentos o secciones más útiles de la fuente de acuerdo con el objetivo de lectura.
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¿Qué información contiene el texto?, ¿qué contenido del texto aporta a mi objetivo de lectura?
Una vez que el lector se enfrenta a la lectura de la fuente de información es importante asegurarse de que se ha comprendido su contenido. Para eso se recomienda cautelar que se han realizado exitosamente las siguientes acciones para la comprensión de la información contenida en el texto:
- Identificar la idea principal de cada párrafo del texto. Para ello se puede destacar dicho contenido si es que se encuentra explícito o tomar notas.
- Identificar la idea que mejor representa el texto completo, es decir, reconocer de qué se trata el texto.
- Reconocer qué es lo que el texto ha querido transmitir al lector, es decir, cuál es el propósito comunicativo del texto (por ejemplo: informar, describir, argumentar)
Una vez que se ha reconocido el contenido de la fuente se debe valorar cuál es la información útil de la fuente de acuerdo al objetivo de lectura previamente establecido. De aquí se desprende que distintos objetivos de lectura pondrán énfasis en distintas partes de un mismo texto, ya que todo depende de para qué se está leyendo. Para cumplir con este proceso, se recomienda seguir estas acciones:
- Identificar qué información contenida en el texto permite cumplir con el objetivo de lectura propuesto.
- Verificar que el objetivo de lectura se cumpla con la información extraída de la fuente. Esto permitirá decidir si la información se ha seleccionado correctamente, si se debe volver a leer o si es necesario buscar otra fuente de información complementaria.
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¿Cómo citar y referenciar esta fuente?
Al momento de leer una fuente de información (libro, artículo de revista, tesis, entre otros) es muy fácil olvidar aspectos específicos de ella, por ejemplo, en qué lugar de la fuente se abordaba una idea específica o cuál era el autor del documento. Por ello es importante consignar en apuntes físicos o digitales los siguientes elementos de la fuente leída:
Para lo anterior te recomendamos que puedas utilizar gestores bibliográficos.
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¿Cuándo leer un texto completo?
En los casos en que la lectura de las fuentes de información requiera de una selección previa por parte del estudiante, es decir que no sea un texto determinado previamente por el o la docente, es conveniente tener en cuenta algunas recomendaciones para realizar una lectura previa antes de seleccionar y leer el texto completo. Luego de comprobar la veracidad de la fuente (ver guía sobre fuentes confiables), se sugiere tener en cuenta las siguientes sugerencias:
Estas sugerencias te permitirán anticipar si el texto cumplirá con tu objetivo de lectura, es decir, si será útil para cumplir con lo solicitado por tu profesor o profesora. De esta forma podrás decidir si leer el texto completo o descartar la fuente, para así optimizar tu tiempo de trabajo.
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